Experimentos para niños de física (La balanza variable)

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Experimentos para niños de física

La balanza variable















¿Qué es lo que queremos hacer?

Comprobar cómo, dentro de un ascensor, una balanza nos "hace 

pesar" más o menos que lo que realmente pesamos.

Materiales:

Un ascensor

Una balanza doméstica, de “baño”

Nuestro propio cuerpo

¿Como lo haremos?

Nos pesaremos antes de entrar en el ascensor (o dentro de él 

cuando todavía esté quieto) y memorizaremos la indicación de la 

balanza. Una vez en el ascensor nos colocaremos encima de la 

balanza y apretaremos un botón que nos haga ascender a

otro piso. Inmediatamente observaremos la información que nos 

brinda la balanza acerca de nuestro peso.

El resultado obtenido es...

Nos pesaremos antes de entrar en el ascensor (o dentro de él 

cuando todavía esté quieto) y memorizaremos la indicación de la 

balanza. Una vez en el ascensor nos colocaremos encima de la 

balanza y apretaremos un botón que nos haga ascender a otro piso. 

Inmediatamente observaremos la información que nos brinda la 

balanza acerca de nuestro peso.

Explicación:

La balanza nos indica en todo momento la fuerza que realiza. Esta 

fuerza coincide sólamente con nuestro peso cuando estamos 

quietos (equilibrio estático) o cuando nos movemos con velocidad 

uniforme (equilibrio dinámico), que es lo que sucede cuando el 

ascensor se mueve en la etapa intermedia de su movimiento. Pero 

cuando se mueve al comienzo (con aceleración positiva) o al final 

(con aceleración negativa al ir frenando), la balanza efectúa 

respectivamente una fuerza superior e inferior a nuestro peso. En 

esas etapas no hay equilibrio entre peso y balanza ya que existe

una aceleración.

Si el ensayo se hace al revés, es decir descendiendo con el 

ascensor, las indicaciones de la balanza seguirán un curso contrario 

al descrito. En el caso de no disponer de balanza portátil de baño o 

de ascensor, la experiencia puede hacerse con la típica balanza de 

cocina para pesar alimentos: basta poner, por ejemplo, una

manzana en ella y reproducir –alzando la balanza con nuestras 

manos- las operaciones descritas anteriormente. En este caso, se 

constata que si sometemos a la balanza a un movimiento no 

vertical sino horizontal, la indicación no varía en

ningún momento. Una ampliación de estas experiencias puede 

hacerse –ya sin utilizar el ascensor- poniéndonos en cuclillas sobre 

la balanza y haciendo un rápido movimiento con nuestras caderas 

hacia arriba: veremos que mientras dura ese movimiento hasta

ponernos erguidos, la balanza marca un peso mayor. Aquí se ha 

puesto de manifiesto el tercer Principio de la Dinámica: para 

erguirnos los músculos de las piernas han impulsado hacia arriba al 

resto de nuestro cuerpo y, como reacción, éste ha ejercido una 

fuerza hacia abajo sobre piernas y pies que se transmite a la

balanza.

Unos datos más sobre esta práctica.

1.¿Exige tomar precauciones y medidas de seguridad especiales?

No

2.¿Requiere utilizar instrumental o productos típicos de 

laboratorio?No

3.¿Es sencillo y puede hacerse sin complicaciones en nuestro 

domicilio como “práctica casera”?Si



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